ANGELITA Y LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ DE CALEAO

Dedicado a Angelita González, de Caleao y a todas las vecinas encargadas de limpiar y conservar la iglesia y capillas del pueblo

     Al escribir o hablar sobre monumentos, siempre citamos los nombres de sus constructores, los promotores que los financiaron o, en el caso de los religiosos, la figura a la que están dedicados. Hoy escribo este texto y lo dedico a una mujer de Caleao, Angelita González, responsable de las llaves y del cuidado de la iglesia de la Santa Cruz de Caleao, en los años noventa. Entonces era costumbre que las vecinas se ocuparan de estas cuestiones, y puedo asegurar que no había cuidadoras más responsables ni guías más expertas.

     Una tarde de otoño de los años noventa, fuimos a buscar a Angelita a su casa y por supuesto, tomamos un buen café de pota, con ella y con Julio, su marido. ¡Cómo olía ese café! Fueron cariñosos y muy hospitalarios, como lo son en Caleao y en todo el concejo de Caso. En el camino que discurre entre su casa y la iglesia nos contaron anécdotas del pueblo, de las que no aparecen en los libros y que, en lo que a mí respecta, tampoco aparecerán nunca en las redes.

      Había leído sobre el templo en el capítulo dedicado a Caso incluido en la Gran Enciclopedia Asturiana, también en algún artículo comentado en las clases de la Facultad de Geografía e Historia, y conocía el valor de esta pequeña edificación dedicada a la Santa Cruz, que había sido construida en el siglo XVI, cuando el pueblo era más pequeño y estaba mal comunicado.

     Entrar en la iglesia fue emocionante y hacerlo acompañados de Angelita, mucho más, pues quién mejor que ella para enseñarnos sus retablos y las preciosas tallas que se conservan. Mi preferida es la que representa a la Virgen con su hijo, el Niño Jesús: una madre que sirve de trono, ¿habrá mejor simbolismo? Una sencilla talla de madera, policromada, resistente a los siglos, las guerras, los cambios en el tiempo, que reproducimos tomada de la Gran Enciclopedia Asturiana.

     En su interior alberga una de las grandes joyas del patrimonio artístico del Alto Nalón: un retablo mayor que fue fechado por el profesor Germán Ramallo Asensio en la tercera década del XVIII. Está decorado con escenas del Nuevo Testamento sobre la Pasión de Cristo, la Oración en el Huerto, el Prendimiento; también hay imágenes de la Anunciación, la Visitación, la Adoración de los Pastores… y otras muchas que durante siglos fueron contempladas por los feligreses de Caleao.

     La iglesia es rica y tiene más retablos, también del XVIII. Por ejemplo, el del Rosario, que presenta detalles de estilo rococó. A me gusta especialmente el que reproduce las imágenes de San Juan, San Pedro arrepentido y la Magdalena penitente y me encantan los confesionarios, escenarios de conversaciones confidenciales, en un ambiente de penumbra con olor a humedad, frío en la mayoría de los casos, recuerdo de aquellas épocas en las que los curas ejercían de psicólogos.

     A día de hoy, otras personas se ocupan no sólo de mantener la iglesia en buen estado, sino de algo muy importante: trabajar por el reconocimiento de su valor cultural, histórico, artístico. La Asociación de Amigos de Santa Cruz la Real, cuya directiva está formada por nueve mujeres, lucha incansablemente por su protección, conscientes de que es un tesoro para el pueblo y que son los vecinos, quienes mejor la pueden defender. Tener en el concejo una iglesia, cuyo retablo mayor aparece en los libros citado junto al de la catedral de Oviedo, debe llenar de orgullo a todos los casinos. Reconocer el trabajo que Angelita y otras muchas mujeres desarrollaron durante décadas, debería ser obligado y, estas líneas, quieren contribuir a ello.