PASAJEROS DEL TIEMPO HASTA EL SIGLO XVI
La iglesia de Santa María la Real de Tanes, en Caso, Principado de Asturias.
La inscripción en piedra anuncia un viaje en
el tiempo por una senda que circula paralela a la carretera. Es una delicia recorrerla
con calma, pues nos podemos fijar en el hermoso caserío de Tanes, también en
las aguas del embalse, las montañas. Impresiona pasar tan cerca de los
cimientos del viaducto, ver una perspectiva diferente a la habitual.
La naturaleza se renueva cada
año y no envejece, tampoco se deteriora; al menos, tiene una capacidad de
adaptación y renovación impresionante. No ocurre lo mismo con las construcciones
humanas, que pierden brillo y firmeza desde el momento en el que finaliza la
obra. Es necesario un cuidado constante, también inversión de tiempo y recursos
para mantenerlas en pie. Pienso esto al pasar al lado de la fuente "Lagrera", ya cerca
de la iglesia, de la que me interesa más el año de su reforma, que el de su
construcción. Una inscripción en la piedra nos dice que fue restaurada en el
año 1987, hace apenas 34 años, pero la humedad y el
acoso constante de la naturaleza han casi borrado las huellas de la reforma,
también de la inscripción.
Gracias a la profesora Pilar
García Cuetos sabemos que la dirección de las obras iniciales la asumió un
arquitecto de prestigio, nada más y nada menos que Juan de Cerecedo el Viejo,
responsable de intervenciones en el monasterio de Valdediós, en Villaviciosa, y
el de San Vicente, en Oviedo. Las obras del siglo XVII fueron dirigidas por los
maestros Pedro de Cagigal y Toribio Gómez de Posada, que trabajaron en esta
iglesia a lo largo de dos décadas. También conocemos el nombre del arquitecto
responsable de la construcción de la sacristía: Manuel Secades. No hace falta
mucha perspicacia para suponer que los vecinos de Tanes debían tener bastantes
recursos o, al menos, gran interés en dotar a su pueblo de una iglesia con
tamaño suficiente para albergar a muchas fieles en la misa, también para los
enterramientos en el interior.
En el capítulo dedicado a
Caso en la Gran Enciclopedia Asturiana, la autora del mismo se refiere al templo como de estilo románico, pero no es así. Se trata de un claro ejemplo de
sincretismo artístico, con influencias herrerianas, también barrocas. La mezcla
de estilos es otra prueba de su valor artístico, pues fueron necesarios
dos siglos para la construcción de la fábrica y de los retablos.
La pequeña plaza con la
fuente, la vieja casina del cura, el edificio del Museo de la Apicultura… acompañan
a la iglesia. Es un entorno ideal para pasar un rato muy agradable, hacer
fotos, disfrutar del ambiente, cargar nuestras pilas y regresar al bullicioso
siglo XXI, que nos espera al otro lado del camino.
Pena ver su abandono. Una construcción de tanto valor para Caso y para Asturias
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