MILES DE FLORES ADORNAN LOS CAMINOS DE CASO
Dedicado a Ángeles Muñiz Gallinar, del Campu, siempre ahí.
Las flores adornan nuestros caminos y alegran el paisaje. Es muy
relajante caminar e ir formando pequeños ramos con los que decoramos nuestras
casas: me encantan las margaritas silvestres, grandes y duraderas, también las
flores de los matojos con esas tonalidades moradas y ocres tan otoñales.
Son un regalo de la
naturaleza, que nos recuerda que la vida también es un disfrute y que podemos
ser felices con estos pequeños detalles. Para nacer necesitan el sol, también la
nieve que cubre las cotas más altas hasta bien entrada la primavera, el xelu
y las cascadas de invierno, el agua de los ríos y de las riegas que aparecen
por cualquier esquina, la niebla, el rocío... ¡La naturaleza nos enseña que no
hay producto sin trabajo ni sacrificio!
Ejemplo de flores que
podemos ver en Caso son las siemprevivas -con sus numerosas flores de tono
rosado claro-, las flores de la campanilla de Arbá, la estilizada armeria, las
anémonas capaces de nacer entre roquedales y otras que aparecen en la roca
misma jalonando de colores los puertos. En el concejo existe además una gran
diversidad de orquídeas, cuyos diseños caprichosos reproducen, en pequeño tamaño,
las formas propias de climas más cálidos. De tonos rosados, rojizos, pardos o
amarillentos; olor fétido o agradable; formas cónicas o redondeadas, conviven
con las flores de la escoba, la uva de oso, la brecina. Además de hermosas,
tienen la mayoría propiedades curativas o medicinales, en el que son expertas,
sobre todo, las mujeres. Con ellas se pueden crear muchas combinaciones en infusión y aromatizar los espacios.
Durante el invierno también encontramos flores. Son más austeras,
pues deben adaptar sus formas y colores a los rigores de las temperaturas.
Ejemplos son el arfueyu, que está florido en plena Navidad, la cotoya,
el enebro y la celedonia, que florecen a fines del invierno, incluso la prímula
se adelanta a la primavera, a pesar de su nombre. Los narcisos florecen entre
febrero y marzo, la hepática a finales de enero, también la conocida como
“bolsa de pastor”, sin olvidar las flores de los frutales -manzanos, por
ejemplo- que muchos años se adelantan, incluso, a la última nevada.
El diente de león parece frágil… pero permanece casi todo el año.
Es muy agradable salir por los caminos y disfrutar de este regalo
que se nos ha concedido. Lo hacemos, además, con respeto y agradecimiento, y
sin duda ayuda a relajarnos y ver la vida de forma positiva.
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