PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE CASO EN EL RIDEA: Guion

 


Oviedo, jueves, 15 de diciembre de 2022. Sede del RIDEA


En la mesa, acompañada por Andrés Martínez Vega (subdirector del RIDEA) a mi derecha, y Fernando Rodríguez, fotoperiodista de La Nueva España, a mi izquierda.

    Buenas tardes a todos, es un placer estar hoy aquí presentando un libro sobre Caso. Gracias al RIDEA y a su director, Ramón Rodríguez, por su labor en pro de la cultura asturiana. Gracias especiales a Andrés Martínez Vega, subdirector de esta casa, por la presentación tan cariñosa que acaba de hacer, y, sobre todo, por haberme confiado la responsabilidad de escribir este libro. Gracias también a la familia, los amigos, compañeros y colegas que nos acompañan a mí y a Fernando, el otro puntal de esta obra, responsable de la parte gráfica. 

    Pasé los primeros años de mi vida profesional vinculada al ayuntamiento de Caso como encargada de la biblioteca, bautizada con el nombre de “Sociedad casina de la Habana”, pues fue creada hace ya 70 años con un dinero que enviaron los emigrantes casinos en Cuba, para que su tierra natal ofreciera cultura y conocimiento a los que aquí habían quedado. Pocos años antes, en 1945, se había fundado el Instituto de Estudios Asturianos, con el fin de promover estudios y divulgar la cultura asturiana en todos sus ámbitos. En 1991, la biblioteca y el Instituto (convertido en Real Instituto) confluyeron en mí y desde entonces hasta el año 2005, tuve que registrar, tejuelar, sellar muchas publicaciones del RIDEA que llegaban para enriquecer nuestro fondo. Nunca hubiera soñado entonces vincular mi nombre a esta institución.


    Hoy estoy aquí como autora de este libro. Les puedo contar que tardé dos años por lo menos en cumplir el encargo de Andrés, por lo que también debo agradecer su paciencia conmigo. En realidad, comencé a gestarlo mucho antes, pues recién aprobada la ley del Parque Natural de Redes, se celebraron una serie de cursos y talleres y tuve la suerte de ser llamada en varias ocasiones para hablar sobre las parcelas que puedo conocer un poco mejor: la historia y de su mano, el patrimonio artístico. Por ello debo nombrar y agradecer a Jaime Izquierdo y a Eloy Niño, responsables de algunos de estos cursos y encargos.

    La estructura de la colección “Asturias concejo a concejo” es idéntica para todos los volúmenes: unos datos estadísticos al inicio, información general y capítulos dedicados a la geografía, historia, patrimonio monumental y tradiciones locales, además de unas rutas o itinerarios turísticos. El objetivo es que el libro sea divulgativo, de lectura amena y también riguroso en la información.

En cuanto a las imágenes que acompañan los textos, desde el principio no tuve ninguna duda de que el autor de las fotos tenía que ser Fernando Rodríguez, fotoperiodista de LNE, cuya abuela materna, Celedonia, era casina de Gobezanes y también emigrante en Cuba. Hace casi dos meses vi a Josefa Sanz, cronista oficial de Avilés, miembro del RIDEA, catedrática emérita de la Universidad de Oviedo, y me dijo que le había gustado mucho la sincronización que había entre textos e imágenes. ¡Fue el mejor piropo que me pudo decir!  Sin saber la relación que existe entre el fotógrafo y una servidora. 

El libro que tienen en sus manos es el resultado de un largo proceso. Para iniciar la tarea de escribir, releí toda bibliografía publicada que conocía, en forma de monografías, artículos, colaboraciones. Sobre esta bibliografía, añadí mis aportaciones, producto de la observación, la reflexión y el análisis.

En este proceso tuvo mucha importancia el trabajo de campo. Acompañada de Fernando, recorrí de nuevo los pueblos del concejo, visité sus monumentos, hice muchas rutas. El concejo ha sufrido una modificación muy intensa en los últimos años. En el libro escribo que en los años sesenta y setenta se vivió la mayor transformación de la historia, pero en los últimos meses estoy percibiendo otros cambios, producto de la imagen que se traslada a través de las redes sociales, también de determinada publicidad. Esa imagen puede distorsionar la percepción del concejo y poco a poco puede contribuir a modificar su identidad, y no siempre para bien, en estos tiempos tan mercantilistas y comerciales.

El libro pone en valor los recursos paisajísticos, históricos, culturales del concejo, la belleza de sus paisajes, el valor cultural de las aldeas y de las tradiciones, la historia, la idiosincrasia de sus paisanos; también expone los problemas más graves a los que se enfrenta. El principal es el del despoblamiento, vinculado a otros como el retroceso de la ganadería, los problemas con las comunicaciones, las limitaciones de la conexión a Internet. Estas cuestiones se exponen de forma general, pues existe una limitación al número de páginas, que junto al compromiso de tratar todos los temas que antes mencionamos, impide un análisis profundo.

En cada capítulo pude contar con alguna persona de referencia a la que planteé dudas o pedí que revisara mis escritos. Por ejemplo, para Historia tenía cerca a Andrés, y, de hecho, hubo por su parte alguna corrección importante. Para el tema de recursos naturales, pregunté a Carlos Granda, funcionario de la Consejería de Medio Rural, que conoce muy bien el concejo pues trabajó muchos años en la guardería del Parque; para cuestiones relacionadas con temas forestales, me ayudó mucho la especialista Sandra Sánchez García, también de origen casín. A Miguel Ángel Fernández, de Soto de Caso, le consulté sobre cultura y costumbres tradicionales, a Cristina Calvo Aladro, de Campo de Caso me ayudó con la “fala del conceyu Casu”, Ángeles Muñiz, del Campu, me solucionó muchas dudas relacionadas con toponimia, hierbatos, y mucho más. Julio Coya, de Bezanes, funcionario del ayuntamiento, se mantuvo alerta a cualquier consulta relacionada con datos estadísticos e información municipal. Les agradezco a todos ellos y a muchos otros a quienes pregunté y consulté, su ayuda y paciencia.  

Las imágenes son, sin duda, protagonistas del libro: aparecen alrededor de 100 y todas menos una, son de Fernando Rodríguez. La excepción procede del archivo de la Casa Real, pues quise incluir también la foto de Marigel Álvarez recibiendo la Orden al Mérito Civil, de manos de SM el Rey, distinguida por la labor que hizo con el quesu casín, al que dedicamos un espacio importante, al ser uno de los productos más característicos de nuestro concejo. 

Las fotos son muy variadas: patrimonio, caminos, ríos, fuentes, animales… también vecinos del concejo. Intentamos que fueran representativas de una realidad cambiante; no fotos maquilladas, ni hechas para vender la imagen turística, sino representativas de un tiempo y un espacio. Vamos a ver ahora una proyección que dura unos tres minutos de fotos que también salen en el libro. ¿Qué suena en Caso? Esquilas de las vacas, motores de los tractores, ladridos de los perros, de vez en cuando, algún aullido de los lobos…y sobre todo, agua. Hace unos años, el grupo Mind Revolution dedicó un disco al río Nalón y una de las partes dedicadas a Caso, titulada “Las fuentes”, suena así. La oímos mientras seguimos viendo fotos. 

Gracias, Ángel Cotallo y Eugenia Tejón.

Mansín, la carretera que serpentea paralela al río Nalón, el puente romano, les cuadres y tenaes de los pueblos, los hórreos, la vaca casina… son imágenes representativas del concejo de Caso. También sus gentes, y en el libro aparecen muchas personas conocidas: coinciden varios Luises (Luisin el madreñeru, Luisina del Campu y Luis Valle cuando recibieron el homenaje), Noé puyando el ramu, Jose con su reciella, María José en la confitería, Carmen, Mari Cruz, Gonzalo y Juanín en la procesión de San Juan, vecinos de Caleao, Amor la molinera de Gobezanes, los segadores,…. Y más. Vivir en los pueblos tiene mucho mérito -esa fue una de las razones que llevó al ayuntamiento de Caso a presentar la candidatura de la Comunidad Vecinal de Caso para Premio al Pueblo Ejemplar-. Este libro es también un pequeño homenaje a sus vecinos, descendientes de aquellos que roturaron incansablemente para ganar el espacio al monte, resulta casi frívolo referirnos a todo lo que trabajaron para crear un legado.

No podemos detenernos en el contenido del libro, pero si esbozar de forma general los temas que tratamos. En el capítulo de Historia se describe la evolución del concejo desde los tiempos prehistóricos hasta el presente. Por ejemplo, esa tarea titánica de roturación llevó siglos y está documentada desde la Edad Media. Los documentos medievales nos hablan sobre todo de los pagos en especie que los vasallos hacían a sus señores, especialmente a los monásticos: a Santa María de la Vega en Oviedo, Eslonza en León, por ejemplo. Del siglo XIV procede el Privilegio de Caso, confirmando el protagonismo de la ganadería dentro de las actividades económicas del concejo. Más adelante en el tiempo hablamos de los hidalgos, de la emigración a América, los indianos constructores y filántropos, la guerra civil… 

La historia del concejo está lógicamente condicionada por el medio físico, caracterizado por una orografía montañosa y unas condiciones climatológicas complicadas, cuyos efectos se siguen padeciendo hoy. El clima complica la vida pero también produce una gran riqueza forestal, en la que predomina la faya, y siguen los carbayos, fresnos, castaños,… y también el matorral.

Es lógico, por tanto, que las actividades económicas tradicionales hayan estado vinculadas a la ganadería y a la artesanía de la madera: el quesu casín tiene en la actualidad un gran reconocimiento, la ganadería se mantiene a duras penas y en cuanto a la artesanía de la madera, subsiste gracias al esfuerzo y vocación de hombres y mujeres fabricantes de madreñas, por ejemplo. 

Son todos ellos campos que aún necesitan un estudio en profundidad realizado con criterios académicos y científicos. Por ejemplo, en el capítulo dedicado al Patrimonio, llama la atención las construcciones de carácter civil y religioso que se han conservado, que necesitan de la protección de la Administración. Solo voy a mencionar como ejemplo a las iglesias de Caleao y Tanes, y también al puente romano del Campu. 

Otra de las riquezas del concejo de Caso es la etnografía, que en este libro aparece reflejada como “Tradiciones locales”. Son muchos los contenidos que traté de resumir en 42 páginas y esta fue sin duda una parte complicada. Estamos además en un momento crucial, pues la evolución cultural y de las mentalidades nos hace perder ese acervo cultural que fue heredado generación tras generación: la forma de celebrar las fiestas, la indumentaria tradicional, la manera de vivir en los pueblos y en las mayadas. Hoy mismo leía una publicación de Juanchi Estrada, cronista oficial de Caso, en la que mencionaba el significado que para él tenía la lectura de la Topografía médica escrita por Francisco Pérez Gómez en 1956: refleja un mundo absolutamente distinto al nuestro, y aún no ha transcurrido un siglo. Tienen el título en la bibliografía.

Y, por último, tres itinerarios muy sencillos que invitan a pasear por un entorno muy agradable: el camino que lleva desde Tanes hasta la iglesia, fantástico por las sensaciones que produce; la ruta del Camín Real entre Velerda y el Campu y un paseo por la capital del concejo, donde conviven casas sencillas y otras construidas en el boom de los 70, con preciosas edificaciones de estilo indiano.

Comenzaba la intervención hablando de mi trabajo en la biblioteca y acercándome al final, recupero otros recuerdos personales. Hace ya bastantes años, en el marco de los cursos de Doctorado en la Facultad de Historia, Juan Ignacio Ruiz de la Peña, que fue director del RIDEA, me animó a emprender un trabajo de investigación sobre la documentación medieval del concejo. Me habló de Oliva Armayor, leí sus artículos y descubrí a una gran mujer, que creo nunca fue reconocida como merecía. La experiencia de estudiar el pasado medieval y leer los trabajos de Oliva cambió mi percepción del concejo y también me transformó a mí, reforzando -gracias a la motivación que recibí de Nacho- una vocación investigadora que no me atrevía a reconocer.

La mayoría de los aquí presentes tenemos una estrecha vinculación con el concejo. La de Andrés me consta por su empeño en sacar esta publicación adelante. Caso es el concejo de mi padre, José Luis, “casín de boca negra” apellidado Lobeto Prado. En este concejo vive mi madre desde joven y allí desarrolló todo su trabajo, por el que es reconocida. En la escuela del Campu, con doña Enedina, doña Carmen, Pipa el maestro, doña Imelda y la señorita Mari Carmen me formé. De allí son mis amigas, y muchos vecinos a los que considero casi familia. Por todo ello, escribir ha sido especial para mí y leerlo puede ser especial para vosotros. 

Y para terminar voy a usar la lengua de mi padre, mis abuelos, mi bisabuela Martina. En La fala del conceyu Casu se explica que hay muchas variedades de lengua casina, lógico por esa orografía tan montañosa. Y por no salir del contexto del libro, ayer consulté El Diccionario Geográfico Popular de Asturias, en el que Luciano Castañón publica estas estrofas que escuchó en el Campu en los años sesenta del siglo XX:

Si vas a Campu Casu

Has de baxar por Laviana,

Has traeme una casina

Que non la quiero coyana.

 

Si vas a Campo de Caso

Has traeme una casina;

Non me la traigas muy grande

Que la quiero pequeñina.

 

Los cambruyos del Campu

Ya sabemos cuántos son:

Veinticinco retorcíos

Comu cuernos de castrón.

 

En Campu Casu de nuechi,

En Orllé pe la mañana,

Tengo yo la puerta abierta

A cualquier hora que vaiga.

 

Baxaron cuatro alleranos

Todos cuatro de madreñes,

 comieron en Campu de Casu

fabes, tocín y morcielles.


¡GRACIAS!

 


 



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