HISTORIA DE UNA BIBLIOTECA con nombre de emigrantes: Sociedad casina de la Habana





                La biblioteca de Caso lleva el hermoso nombre de “Sociedad casina de la Habana”, en memoria de los emigrantes en Cuba, que sabían del valor de la cultura y deseaban que los casinos disfrutaran de un servicio de préstamo y consulta de libros. Fue en la década de los cincuenta cuando se envío el dinero necesario para financiar el servicio, poniéndose en marcha. Su historia, aunque discontinua, se puede recuperar leyendo sus libros registro y hoy os invito a recordarla.

    El primer libro registrado se titula Catálogo crítico de libros para niños y su fecha de entrada es un lunes, 8 de octubre de 1956, remitido por el Centro Coordinador de Bibliotecas de Asturias, organismo responsable entonces de coordinar los servicios bibliotecarios en Asturias. El trazo de la escritura es inconfundible para muchos casinos, pues corresponde a don José Antonio Pipa Otero, maestro de niños en la escuela pública de Campo de Caso. Fue un estricto responsable del servicio hasta el 20 de mayo de 1968, cuando aparece registrado el último libro con su letra.

 A finales de los años 70, se hacen cargo tres personas de nuestra biblioteca: Imelda Cordero Fernández, Ester Fresno Esnal y María de los Angeles Vega Gallinar, quienes de forma altruista atendieron el servicio hasta mayo de 1983. Desde este año hasta 1990, la biblioteca no fue abierta al público; tan sólo, en breves intervalos de tiempo, jóvenes de la localidad efectuaron un registro de las obras que llegaban de la Sección de Bibliotecas o eran compradas por el Ayuntamiento.

En 1991, el Libro-Registro constaba de 4402 obras anotadas, una parte de las cuales se hallaba depositada en unas estanterías cerradas situadas en el salón de plenos del Ayuntamiento. Los libros estaban en su mayoría registrados y sellados, pero sin tejuelo ni preparados con ficha para el préstamo; no existía ningún tipo de fichero, conservándose algunas fichas en cajas de cartón. La colección se hallaba, en conjunto, desfasada.

 En cuanto a los socios, no se contaba con un libro que los registrara ni tampoco un control de los préstamos realizados, por lo que los libros desaparecidos no pudieron ser reclamados.

 Como local dedicado a biblioteca, se destinó un salón situado en el bajo del Ayuntamiento, habilitado según un proyecto del arquitecto Julio Valle.



   Se contrató como encargada a Ana Lobeto Álvarez, tras ganar un concurso de méritos. La primera tarea consistió en seleccionar una parte de la colección existente y bajarla al nuevo local, para que junto al lote fundacional aportado por la Consejería (1056 volúmenes con un coste de 1.331.244 pts.), constituyeran la colección de libros con la que se empezó a trabajar. Permanecieron en el salón del piso superior (dedicado también a sala de reuniones del Pleno), los libros deteriorados o desfasados en cuanto a temática y, por consejo de la Jefa de Sección de Bibliotecas, Carmen Prieto Álvarez-Valdés, el registro de las obras continuó a partir de la última obra anotada en el Libro-Registro (nº 4402).

 Entre 1991 y 2005 se sucedieron cuatro alcaldes en el consistorio casín: Ramón Blanco, José Antonio Miguel Gao, Javier Sabugo y Elías Lozano, cuyas políticas influyeron en el devenir de este servicio. La etapa más intensa fue bajo el mandato de Javier Sabugo, quien apoyó el programa de actividades propuesto por la encargada, que consistía no solo en la organización de eventos culturales, sino también en la organización de viajes culturales que supusieron la oportunidad de conocer gran parte de la geografía española a muchos casinos. Incluso se organizaron visitas a Portugal y Cuba.

Desde 2005, la biblioteca fue reduciendo su actividad paulatinamente, hasta convertirse en lo que es hoy. 


Comentarios

  1. Lamentablemente aparece dinero para muchos servicios pero no para la cultura.
    Quién es el encargado del servicio cultural?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares